Un paso más hacia la auto aceptación

En un post anterior publiqué esta foto abajo y quiero contarte algo.

Estuve a punto de no publicarla en el blog o en Instagram, porque me veo más gorda. Parece que tengo el pecho plano, la barriga más grande, la cintura inexistente. "Seguro que todos pensarán que he engordado", pensé.

Iba a no publicarla porque las fotos se quedan para siempre – como todo lo que ponemos en internet – y no quería que esa foto definiera este momento de mi vida.

O sea, estaba a punto de descartar una foto de un recuerdo perfecto como ese momento cuando llegamos con los peques a este lago en el Hooker Valley después de más de 3 horas de senderismo… porque no me gusto.

Pero, ¿desde cuándo una cintura percibida se ha vuelto más importante que una emoción vivida?

Me di una bofetada mental y volví a pensar en todo mi viaje interior para aceptar mi nuovo cuerpo de madre. Pensé en todos los esfuerzos para aprender a ver el ejercicio y la nutrición como ayudas para mi bienestar y no como herramientas para alcanzar un número en la balanza. Pensé en todas las veces que me miré al espejo buscando algo que me gustara – en lugar de algo que odiara – para aprender a amarme a mí misma.

Entonces decidí que no, es cierto que no serán las fotos, guardianes de recuerdos preciosos, las que me harán retroceder en mi camino de autoaceptación. Quiero seguir dando pasos adelante. Porque dentro de muchos años, cuando volveré a mirar esta foto, quiero haber dado tantos pasos adelante que ni siquiera me daré cuenta de las cosas que no me gustan de mí, y solo me enfocaré en el recuerdo de ese momento en que vi mi primer iceberg en Nueva Zelanda con mi familia y lloré de emoción.

Y no, sigo no gustándome en esa foto, pero decido no dejar que me defina. Evoluciono, un paso a la vez.