Estas son cinco cosa que he aprendido de mi pequeñín con la fiebre alta — y que habría querido saber antes:
- En los niños, la temperatura funciona de manera diferente. Entre 38 y 39 °C se considera fiebre baja; entre 39 y 40 °C fiebre moderada; pasado los 40 °C es fiebre alta. Muchos papis tienen miedo a la fiebre, pero en realidad la fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo (como un ejército aliado), así que es siempre la bienvenida.
- Si hubiese sabido antes lo que que he aprendido al punto 1, esa noche de fiebre a 39,5 °C no le habría dado l'Apiretal, porque no le hacía falta. Live and learn.
- La mayoría de la veces, no hace falta ir al médico. Es lo mismo que para nosotros: mucho descanso (mejor si en los brazos de mamá :-) y mucha hidratación así que amamantar a menudo. Además no siempre ir al médico es una experiencia positiva.
- El lamento de tu recién nacido es lo peor del mundo, pero vale la pena grabarla y guardarla. El otro día, volví a ascoltarla y me convertí en mamá nostálgica pensando en cuando ya no necesitará más nuestro cariño y amor cuando estará enfermo.
- Google es un doctor muy bueno si sabemos consultarlo — si no, todo, hasta un pequeño picor al pie, es cáncer terminal. Afortunadamente, Alex es un buenísimo doctor de Google y siempre nos diagnostica correctamente antes que nos vayamos al médico!